07 Feb Las marcas se suman al upcycling
Whiplash Team, 07 de febrero de 2020
Las marcas se suman al upcycling
Las marcas abrazan el supra-reciclaje, e incorporan nuevos procesos a sus sistemas de producción para reconvertir residuos en nuevos productos de mayor valor, eliminando desechos y apostando por el crecimiento económico y la conservación de los recursos.
Hace un par de semanas Jean Paul Gautier, uno de los más famosos diseñadores de moda del mundo, dijo adiós a las pasarelas tras 50 años en activo. Lo hizo con una colección que marca un punto de inflexión en el mundo de la alta costura y que es toda una celebración a la sostenibilidad.
Para su desfile de despedida, el hombre que dio su nombre a una de las marcas más conocidas de la moda echó mano de su cajón de sastre y confeccionó una colección de retales, de desperdicios de otras colecciones, de lentejuelas y abalorios desechados tiempo atrás. Una colección “Haute Couture upcycling” para la que, según dijo el diseñador, rescató “todas mis antiguas colecciones, todo lo encontrado en viajes y mercadillos, para hacer confeti y volver a utilizarlo todo”.
Si bien para Gautier esta última colección es su primera incursión en la moda del upcycling, el concepto –atado estrechamente al de la economía circular–, tiene rato dando vueltas. No sólo en la industria de la moda, donde hay múltiples ejemplos de marcas que han hecho del upcycling un sello propio, sino en otros sectores como el alimentario, por ejemplo.
Pero ¿qué es el upcycling y en qué se diferencia del reciclaje tradicional? El upcycling o supra-reciclaje consiste en, pocas palabras, en transformar residuos en objetos de valor por medio de un proceso creativo. El reciclaje, por su parte, es un proceso industrial por medio del cual el residuo se transforma en un nuevo material, que se usará a su vez en la producción de nuevos objetos.
En el upcycling tanto el proceso como el resultado son diferentes a los del reciclaje, ya que en el primero se aprovechan objetos viejos para crear, con imaginación y creatividad, un nuevo producto de mayor valor que el original. Viejos retales que se convierten en trajes de pasarela, llantas usadas que se transforman en mochilas, botellas de vidrio reconvertidas en vasos, floreros y lámparas de lujo, frutas y verduras que no cumplen con las especificaciones para su venta que se convierten en zumos, o suero de leche que se transforma en suplementos alimenticios.
En palabras de la artista y especialista en upcycling Lucia Bruni, quien con su marca Lucirmas ha reinventado el vidrio reciclado, “más que en reciclar, el upcycling consiste en reimaginar usos de productos y materiales existentes y convertirlos en algo nuevo”.
Es el caso de Green Guru, una marca con sede en Boulder, Colorado, que utiliza como materia prima materiales que tiene un impacto muy negativo sobre el medioambiente, como las cámaras de bicicletas, neumáticos, trajes de neopreno, lonas o cuerdas para escalar. La empresa ha creado un sistema de recogida de residuos instalando contenedores específicos en tiendas de deporte, gimnasios y talleres de bicicletas. Con los desechos, Green Guru crea productos y accesorios para ciclistas (bolsas, mochilas, carteras, brazaletes, etc.) collares de perro, pulseras, monederos o maletas con el objetivo de evitar que el caucho de estos objetos acabe sus días en un vertedero.
La marca deportiva Speedo es otra que se ha subido al carro y ha lanzado un programa de reciclaje y upcycling en alianza con Aquafil, fabricante del tejido Econyl. Así, la marca deportiva ha incorporado el upcycling a su estrategia y transforma los residuos de su proceso de producción en nuevos trajes de baño con propiedades aún más interesantes que la de los materiales tradicionales.
En el caso de la industria agroalimentaria marcas como Danone (Francia) están haciendo lo suyo. La marca de productos lácteos, por ejemplo, ha construido una planta para la producción de metano a partir de la conversión de residuos agrícolas. En España Indulleida se dedica a la producción de zumos empleando como materia prima los productos hortofrutícolas que no cumplen las especificaciones para su venta.
Tanto el reciclaje como el supra-reciclaje están ligados a la creciente consciencia de que es imprescindible crear una sociedad más sostenible y responsable con el planeta. Los consumidores van entendiendo que deben consumir responsablemente y que es necesario abandonar la cultura del “usar y tirar”. Que es necesario fomentar una economía circular en la que los sistemas productivos se asemejan a los ecosistemas, donde la salida de un proceso es la entrada de otro.
Los consumidores también tienen claro, que las marcas tienen un deber y un papel que jugar en este proceso de transformación social y económica. Por ello exigen de las marcas una participación activa que se traduzca en hechos, mejorando los procesos de producción, creando productos innovadores y amables con el medio ambiente e impulsando modelos de negocio alineados con la economía circular.
Así, crecen los negocios zero-waste, las grandes marcas incorporan la sostenibilidad como un valor fundamental y las nuevas nacen con el propósito de ser sostenibles.
En nuestro país empresas como Ecoalf basan su modelo de negocio y producción en la economía circular. Su proyecto “Upcycling the Oceans”, que nació como respuesta al espeluznante dato de que en 2050 habría más plásticos que peces en los océanos, persigue eliminar de éstos los desechos que amenazan el ecosistema marino, dándole una segunda vida a los residuos recuperados convirtiéndolos en filamentos de polyester.
Nice To Eat You es otra empresa española nacida con la filosofía y el modelo de la economía circular, según lo declara en su página web. España, según datos del MAPAMA, es el séptimo país de la UE donde más comida se desperdicia con unos 7,7 millones de toneladas al año. El propósito de Nice To Eat You es reducir el desperdicio de alimentos generando al mismo tiempo beneficios en la sociedad y el medioambiente. Lo hacen a través de una plataforma en la que se publican ofertas de alimentos que los comercios no han logrado vender a lo largo del día, con un 40% de descuento.
Poco a poco las marcas van incorporando la sostenibilidad no sólo a sus discursos o a sus acciones de responsabilidad social, sino también a sus procesos de producción. Son acciones que requieren inversión y una estrategia clara, que parte de las juntas directivas de las empresas, y que va mucho más allá de una postura de conveniencia. Son acciones que demuestran su compromiso con la sostenibilidad y su deseo de jugar un papel decisivo en la transformación de la sociedad.