05 Feb La nueva realidad para las marcas
Equipo Whiplash, 05 de febrero de 2021
La nueva realidad para las marcas
Más tecnología, más distancia social y más sostenibilidad. Estos son los tres vectores que marcan la nueva realidad de las empresas y las marcas en un año en el que el cambio seguirá siendo la constante.
Para las organizaciones, hacer lo mismo, igual que lo han hecho siempre, ya no es una opción. Las empresas deben asumir que tienen que renovarse para no desaparecer. Es necesario ir un paso por delante, transformar el modelo de negocio y fortalecer la marca para seguir siendo relevantes. Esa es quizás una de las mayores lecciones de 2020, un año que cambió, a escala global, la manera de relacionarnos, de trabajar, de comprar, de producir, de aprender… En resumen, de vivir.
El 2021 seguirá siendo disruptivo tanto para las personas como para las organizaciones, según coinciden consultoras como WARC, Research World, KPMG o McKinsey, institutos de investigación, como The Marketing Institute, o publicaciones como The Economist que, en un reciente artículo sobre lo que nos depara el 2021, afirma que las empresas que no hagan una inversión significativa en tecnología desaparecerán, pues la renovación pasa por adecuar los recursos tecnológicos para facilitar el cambio.
En este contexto, las empresas deberán tomar medidas para adaptarse a los nuevos escenarios. De momento, la pandemia nos deja como legado un mundo con más distancia social, más tecnología y una sociedad que abraza la sostenibilidad como concepto social, económico y medioambiental al tiempo que busca una mayor sintonía con la naturaleza.
De acuerdo con diversos expertos, la tecnología será clave en la consolidación de las nuevas tendencias, como el teletrabajo, que ha llegado para quedarse.
Así, los grandes edificios de oficinas serán cosa del pasado. Cada vez más, las organizaciones optarán por tener a sus equipos trabajando en remoto y dedicarán recursos a solucionar las necesidades que surgen de esta modalidad de trabajo. En consecuencia, los espacios en las casas estarán más adaptados para el trabajo a distancia, y la domótica cobrará mayor peso dentro del hogar, que cambia de ubicación.
El confinamiento domiciliario ha hecho que se valoren más los espacios rodeados de naturaleza. Vivir cerca del lugar de trabajo pasa a un segundo plano en un escenario donde se puede teletrabajar y residir en ciudades más pequeñas y económicas o, directamente, en entornos rurales, generando el mismo valor para la empresa.
Las plataformas de trabajo virtual ofrecerán más y mejores prestaciones que faciliten desde las reuniones hasta la medición de resultados, KPI’s y eficiencia en el desempeño. Además, las organizaciones se replantearán sus políticas de captación de talento y de contratación: en un mundo de trabajo virtual, no hay fronteras y contar con los mejores profesionales es hoy más fácil, económico y rentable.
Uno de los sectores más afectados a largo plazo será el del turismo de negocios ya que, según señala The Economist, los viajes de trabajo se reducirán más o menos a la mitad. Las reuniones internacionales se harán online; los congresos, por medio de plataformas con inteligencia artificial adaptadas para ofrecer experiencias multicanal sin fisuras. En contraposición, la publicación prevé que el turismo de placer regresará con fuerza, apoyándose en la tecnología para facilitar la experiencia de usuario, desde la prospección de los destinos, incluyendo la reserva de hospedaje, billetes y opciones de entretenimiento.
La publicación también sostiene que la realidad virtual cobrará mayor relevancia y que muchas actividades repetitivas que hoy son presenciales se realizarán por suscripción y de forma remota, como ir al gimnasio, al médico e incluso a la iglesia. La educación también se adaptará a los nuevos tiempos con esquemas híbridos, con presencialidad, pero un peso importante de la modalidad online.
El comercio virtual se consolida. Los hábitos de compra cambian hacia productos sostenibles y los consumidores exigen mayor transparencia, trazabilidad y sostenibilidad a las marcas que se ven obligadas, no sólo a ser más sostenibles, sino a comunicarlo de forma eficiente y a ser consistentes en sus acciones. Amazon, por ejemplo, en uno de sus spots más recientes, relata todos los esfuerzos que está haciendo, a día de hoy, para tener una huella de carbono cero en 2040.
Es momento de adaptarse. De adoptar nuevos modelos de trabajo y de negocio, así como nuevas estrategias de crecimiento para operar en un entorno cambiante, incierto y volátil, donde la tecnología marca el ritmo. Y de fortalecer ese activo intangible que es la marca para mantener nuestra posición en el mercado.