Alicia preguntó al Gato de Cheshire,
que estaba sentado en un árbol,
“¿qué camino debo tomar?”
El gato preguntó,
“¿a dónde quieres ir?”
“No lo sé”, respondió Alicia.
“Entonces”, dijo el gato,
“no tiene mayor importancia,
¿o sí?”

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Nuevos retos para el comercio minorista

Equipo Whiplash, 10 de septiembre de 2021

Nuevos retos para el comercio minorista

El modelo del consumo rápido tiene los días contados, según se desprende del reciente estudio publicado por TBWA, The disruption Company. La investigación apunta a que el comercio minorista está obligado a adaptarse a los cambios que se han producido en los patrones de consumo a raíz de la pandemia y que han llegado para quedarse. Las tiendas físicas han de repensar su papel y las marcas necesitan tomar medidas para aprovechar las oportunidades que ofrece el nuevo entorno.

La pandemia y el confinamiento han provocado una serie de cambios en los hábitos de consumo y patrones de compra que han llegado para quedarse. Así lo revela el informe The future of retail publicado recientemente por TBWA, The Disruption Company, en el que se identifican cuatro áreas de oportunidad de crecimiento disruptivo para el comercio minorista, a partir de los cuatro grandes retos que éste enfrenta hoy en día.

Como contexto, hay que tener en cuenta que, si bien es cierto que con la pandemia se aceleró el consumo online y el e-commerce se disparó a escala global, las tiendas físicas no van a desaparecer. Al menos, no de momento. En España, por ejemplo, aunque se prevé un crecimiento del e-commerce del 24% en 2021, todavía hay más de un 70% de los consumidores que dice preferir comprar en tiendas físicas, según datos de la consultora A.T. Kearney.

En cualquier caso, las compras online han llegado para quedarse y el comercio minorista deberá tomar medidas para adaptar su oferta y la experiencia de compra a las demandas de los consumidores para garantizar no sólo su crecimiento si no su supervivencia.  De acuerdo con los hallazgos de TBWA, las áreas de oportunidad para el retail dependen directamente las cuatro grandes tendencias en los hábitos de consumo marcados por la pandemia:

  1. La tendencia cada vez mayor de los consumidores a adquirir productos online que exigen al retail una transformación digital que se adapte a sus demandas.
  2. El aumento de las plataformas de compra –Amazon, Alibaba, Aliexpress, e-bay, por nombrar a las más conocidas internacionalmente– que dificulta la relación directa marca-consumidor.
  3. La exigencia de los consumidores de una mayor transparencia en las cadenas de suministro, provocada por una mayor conciencia de éstos sobre el cambio climático y un mayor compromiso medioambiental.
  4. La aparición y auge de marcas D2C (direct to consumer) que se comercializan a través de canales no tradicionales como redes sociales, que están provocando un alejamiento de los consumidores de las tiendas y grandes superficies.

El primero de los retos, el aumento del e-commerce, nos lleva a una primera gran área de oportunidad, que es el replanteamiento de las tiendas físicas como espacios que ofrezcan al usuario algo más que únicamente la opción de comprar.

En este sentido, las tiendas están destinadas a convertirse en espacios vivenciales, donde el consumidor obtenga experiencias novedosas. Como ejemplo los pop-up stores, que aparecen para ofrecer una experiencia de usuario única, entrar en contacto con el producto o marca, y luego desaparecen. Los sitios como X-Madrid, que rompe con el concepto tradicional de centro comercial y que ofrece mucho más que ir de compras; o tiendas que integran diversas posibilidades como el Jardín de Salvador Bachiller, son algunos ejemplos.

Este patrón, que enlaza directamente con el segundo reto, el aumento de las plataformas de compra online, que cada vez incluyen más productos, hace que las marcas y el comercio minorista se vea en la obligación de buscar elementos de diferenciación, ofreciéndose como parte de la solución medioambiental.

En la medida en que el consumo rápido, de usar y tirar, pierde encanto para los consumidores, las tiendas físicas deberán tender a convertirse en espacios donde la sostenibilidad sea parte inherente, incorporando, por ejemplo, máquinas expendedoras que aceptan botellas de plástico viejas a cambio de descuentos, como ya lo ha hecho Adidas, u ofreciendo mayor información sobre cómo funcionan sus cadenas de suministro. La durabilidad, por la que ha apostado Levi’s o el reciclaje, son también alternativas. Por ejemplo, la iniciativa de H&M, que ha diseñado la máquina Looop, un sistema de reciclaje en tienda –el primero en el mundo– que convierte las prendas viejas en nuevas.

Por otra parte, en un entorno de consumidores cada vez más conectados a través de redes sociales, una de las tendencias que más se evidencia es que las grandes superficies pierden terreno frente a sitios como Vinted, Wallapop o Instagram Shopping. Así, el llamado Social Commerce cada vez se hace más importante y para las marcas es más importante que nunca seguir conectadas con sus consumidores a través de las redes sociales.