Alicia preguntó al Gato de Cheshire,
que estaba sentado en un árbol,
“¿qué camino debo tomar?”
El gato preguntó,
“¿a dónde quieres ir?”
“No lo sé”, respondió Alicia.
“Entonces”, dijo el gato,
“no tiene mayor importancia,
¿o sí?”

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Negocio o marca, esa es la cuestión

Equipo Whiplash, 21 de Junio 2019

Negocio o marca, esa es la cuestión

Hace unos años ser emprendedor era cosa de unos pocos valientes. Hoy, sin embargo, gracias a Internet se ha democratizado el acceso al emprendimiento y lanzar un negocio está prácticamente al alcance de todos.

Las estadísticas demuestran que cada día son más las personas que se atreven a dejar su trabajo fijo para comenzar una andadura empresarial por cuenta propia. Y también que son muy pocos los que logran no digamos ya triunfar, sino mantenerse en el mercado más de cinco años.

Esto aplica no sólo para emprendimientos online, sino para cualquier tipo de negocio. Porque lo cierto es que, una vez que el producto o servicio se queda obsoleto, o que la competencia lanza algo similar a mejor precio, todo el esfuerzo que se ha invertido en levantar ese negocio puede convertirse en sal y agua. Y es ahí donde entra en juego el propósito de la marca.

Apple, Google, Starbucks, Amazon, por ejemplo, no son sólo algunas de las empresas más valiosas del mundo, sino grandes marcas que trascienden el negocio mismo. Y es que, para lograr un impacto duradero, el propósito debe ir más allá del producto o servicio. Las personas de la organización, el producto como tal y la presentación que hacemos al mercado deben estar imbuidos de ese propósito que se manifiesta en una visión a largo plazo, valores definidos y una historia que mueva a la audiencia a la acción.

En este sentido, la construcción de un storytelling consistente, un relato que transmita adecuadamente ese propósito es esencial en la construcción de una marca fuerte. Nike, por ejemplo, no son la ropa deportiva o las zapatillas, ni el swoosh, o su eslogan, Just Do It! Nike tampoco es el patrocinio de atletas o la promoción del atletismo. Nike impulsa a sus usuarios a desbloquear su atleta interno. Y esa idea, que es muy potente, está presente en todo lo que hace la marca.

Una marca sólida permite hacer cambios en el negocio o rectificar el rumbo cuando es necesario con la garantía de que los usuarios seguirán confiando en la marca. De hecho, encuestas recientes publicadas por la revista Forbes revelan que el 94% de los consumidores recomendaría  una marca con la que están comprometidos emocionalmente en cualquier circunstancia, mientras el 64% señala que los valores que comparten son la razón principal por la que se relacionan con una marca.

Así, que la marca trasciende al negocio es una máxima que todos los emprendedores deberían tener en cuenta cuando se plantean iniciar una aventura empresarial. Porque a cualquier negocio que venda algo, sea un producto o un servicio, le puede ir bien. Sin embargo, sólo aquellos que logran crear emociones, despertando sentimientos que encajen con las propias necesidades y valores de los usuarios, son las que se quedan en su memoria y en su corazón. Y eso es una marca: el conjunto de emociones, sensaciones, sentimientos y expectativas que se convocan en nuestra mente cada vez que interactuamos con el producto, en cualquiera de sus representaciones, sea el nombre, el logo, o el producto o servicio en sí mismo.