Alicia preguntó al Gato de Cheshire,
que estaba sentado en un árbol,
“¿qué camino debo tomar?”
El gato preguntó,
“¿a dónde quieres ir?”
“No lo sé”, respondió Alicia.
“Entonces”, dijo el gato,
“no tiene mayor importancia,
¿o sí?”

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El por qué importa, y mucho

Equipo Whiplash, 17 de septiembre de 2021

El por qué importa, y mucho

A medida que la conciencia social aumenta, entre otras cosas pero sobre todo, gracias a Internet –que permite que personas de diversas partes del mundo que comparten intereses se conecten y se organicen en pro de una causa común­–, la importancia del propósito de las marcas cobra mayor relevancia de cara los consumidores según revelan distintos estudios. El informe Zeno Strength of Purpose de 2020, por ejemplo, destaca que el 70% de la Generación Z y los Millennials piensa que una marca debe tener un propósito con el que ellos se sientan personalmente identificados.

En 2009 Simon Sinek ponía sobre la mesa la importancia del por qué. Primero, en su charla en TED sobre la inspiración que ofrecen los líderes (How great leaders inspire action), y luego con su libro Empieza con el por qué. Cómo los grandes líderes motivan a actuar,  donde exponía su concepto del “círculo dorado”, al que define como un patrón biológico que explica por qué nos inspiran algunos pensadores, organizaciones y líderes. La charla de Sinek, que acumula millones de visualizaciones en YouTube, comienza con una pregunta sencilla: “¿Por qué algunas personas y organizaciones son más innovadoras, más influyentes, y más rentables que otras?”. En sus propias palabras, las personas no compran el qué si no el por qué. Es decir, no compran lo que alguien, una persona o una empresa hace, sino por qué lo hace. Compran el propósito detrás del producto, sea éste un objeto, un servicio, una idea o una filosofía de vida.

En el caso de las marcas, hoy en día, tener un propósito que conecte con las aspiraciones y demandas de sus audiencias objetivo es indispensable. Más aún en la medida en que las generaciones Millennial y Z, se incorporan a los mercados de consumo y de trabajo. Estas son generaciones para las cuales el propósito de una empresa tiene peso específico en su decisión de compra o para considerarla como posible empleador. Así el propósito no sólo es importante para vender productos, sino para captar y retener talentos.

El informe Zeno Strength of Purpose de 2020, para el que se entrevistó a más de 8.000 personas a escala global, revela que un propósito sólido ofrece a las marcas entre cuatro y seis veces más posibilidades de calar entre los consumidores más jóvenes. En este sentido, aquellas marcas que no tienen un propósito claro embebido en su ADN corren el riesgo de perder relevancia en un entorno en el cual las generaciones Millennial y Z adquieren mayor músculo financiero.

No hay que olvidar que las empresas son parte de la sociedad, y un propósito sólido, alineado con lo que ésta demanda de ellas, aporta valor a todos. Por otra parte, hay evidencia de que el propósito tiene impacto en la cuenta de resultados como lo demuestra el estudio Executive Purpose Study 2020 de la consultora Porter Novelli en el que el 78% de los encuestados dijo que tenía más probabilidades de recordar una empresa con un propósito sólido, mientras el 71% dijo que compraría una marca con un propósito específico en lugar de la marca alternativa (si el costo y la calidad fueran iguales). Además, el el 66% dijo que tomaría en cuenta el propósito de la empresa al decidir qué comprar.

El propósito de una marca es su razón de ser, más allá de ganar dinero. Es su porqué. Es medular y atrae a los consumidores a nivel emocional por medio las creencias que comparten, y los problemas que les resuelve. El propósito impulsa los negocios, beneficia a las personas y mejora la sociedad.