Alicia preguntó al Gato de Cheshire,
que estaba sentado en un árbol,
“¿qué camino debo tomar?”
El gato preguntó,
“¿a dónde quieres ir?”
“No lo sé”, respondió Alicia.
“Entonces”, dijo el gato,
“no tiene mayor importancia,
¿o sí?”

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Construir una cadena de suministros más transparente para sobrevivir en la nueva normalidad

Equipo Whiplash, 18 de septiembre de 2020

Construir una cadena de suministros más transparente para sobrevivir en la nueva normalidad

Entender las complejidades y debilidades de las cadenas de suministro en un mundo globalizado, puede ser una de las claves para hacer que las organizaciones sean más resilientes sin sacrificar su eficiencia ante futuras crisis.

La pandemia del COVID-19 ha puesto a las empresas y a las economías mundiales en un difícil brete, sometiendo a las cadenas de suministro a una fuerte tensión por el cierre de fronteras, puertos y aeropuertos. Todo ello ha provocado una interrupción en las entregas de materias primas y productos terminados, que ha obligado a los departamentos de adquisiciones a entrar en modo de gestión de crisis. Todo esto ha puesto en evidencia que aquellas organizaciones que entienden cuáles son los puntos débiles de las cadenas de suministro pueden tomar previsiones para enfrentarse a nuevas, desarrollando resiliencia y manteniendo la eficiencia.

Para Jeff Patrick y Guillermo Ibarguengoytia, autores del artículo The Future of Supply Chains: Tactics to Prepare for a New Normal, “el entorno actual ha creado un conjunto de desafíos únicos y sin precedentes para las cadenas de suministro en todo el mundo. Desde interrupciones en el abastecimiento y la producción hasta los cambios en el comportamiento del consumidor y el aumento de los costos de transporte, todo va a cambiar”. Sostienen que, para los fabricantes, ahora más que nunca, es importante reevaluar el estado futuro de su modelo operativo, donde la cadena de suministro tiene un peso específico.

Vivimos en un mundo globalizado y no cabe duda de que mientras mayor es la complejidad de las cadenas de suministro mayores son los riesgos que representa. De acuerdo con un estudio de la consultora McKinsey, “en promedio, un fabricante de automóviles tiene alrededor de 250 proveedores de primer nivel, pero el número prolifera a 18,000 en toda la cadena de valor. Los fabricantes aeroespaciales tienen un promedio de 200 proveedores de primer nivel y 12.000 en todos los niveles. Finalmente, las empresas de tecnología tienen un promedio de 125 proveedores en su grupo de primer nivel y más de 7.000 en todos los niveles”.

Rodrigo Silva-Ramos, presidente y cofundador de Geeksme, entre otras iniciativas empresariales, explicaba durante su entrevista en la serie Cambio positivo para el día después las dificultades en la trazabilidad de las cadenas de aprovisionamiento en el sector tecnológico: “Nosotros, en una de nuestras empresas hemos desarrollado hardware. Hacemos dispositivos que están fabricados con elementos que tienen toda una cadena de aprovisionamiento. Te voy a decir la verdad, entre el componente que se incluye en la fábrica que es nuestro proveedor y el origen de ese componente, yo no sé qué pasa en el medio. Lo único que sé es que, desde la mina hasta la fábrica que es mi proveedor, intuyo que tiene que haber entre 8 a 12 proveedores. El problema es que no sé quiénes son, mi proveedor no sabe quién es el proveedor de su proveedor, y lo más triste es que, al final, intuyo, porque he tenido alguna relación, que lo que hay en el fondo del fondo del fondo de la mina, no huele muy bien”.

Esta falta de trazabilidad es uno de los puntos más débiles de la cadena. De acuerdo con la investigación de McKinsey aquellas organizaciones “que no pueden gestionar con éxito esas cadenas de suministro complejas y, a veces, opacas corren un alto riesgo, especialmente si no pueden mitigar el riesgo creciente de interrupciones. Incluso una interrupción breve de 30 días o menos puede poner en juego del 3 al 5 por ciento del margen de EBITDA”.

En un mundo VUCA (volátil, incierto, complejo y ambiguo) la realidad cotidiana obliga a estar preparados para gestionar la incertidumbre y las dificultades inesperadas. “Como emprendedor, he aprendido a estar, a diario, manejando situaciones inestables … En el mundo de la tecnología cada día es distinto, cada horizonte, cada mañana tiene otro color y, entonces, esa adaptación a esa inestabilidad en momentos de crisis es importante”, señalaba Silva-Ramos.

En este contexto, las empresas deben imbuir sus modelos operativos de resiliencia incluyendo la construcción de cadenas de suministro industriales resistentes y eficientes. La falta de transparencia y trazabilidad en las cadenas de suministro hace que sea prácticamente imposible prever interrupciones y, según afirmaba el 34% de los responsables de compras en la encuesta realizada por McKinsey, este es uno de los mayores retos a los que se enfrentan.